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1 mar 2016

Entre el cielo y el suelo: un modo de vivir.

[Escrito en junio de 2015, publicado el 1 de marzo de 2016]

Evidente es que cada vez estemos más preocupados por eventuales cosas que puedan pasar y que devaste el mundo en el que vivimos. Muchos intelectuales (y personas del común por supuesto) mencionan estar preocupados por el calentamiento global, la crisis económica, el creciente dominio tecnológico, etc. No sé si sea conveniente estar preocupados si en efecto no se hace nada por cambiar cosas.

Un tal J. Craig Venter respondió a la pregunta "¿Por qué debemos estar preocupados?" con una irónica respuesta: "No mucho. Manejo una motocicleta sin casco." Aunque gracioso y fuera de contexto, es así como muchos deciden vivir el mundo, aunque cada vez menos habitable, aunque siempre con responsabilidades que si uno se pone a pensar, son las mismas que nos están llevando a la hecatombe, y hay gente que simplemente decide vivir alegre. Todo eso según mi criterio debe clasificarse en quienes tienen los pies en la tierra y quienes asemejan volar entre sus ideas y sueños. Quienes deciden mantenerse de pie saben de sus preocupaciones, de la hora puntual a la que deben llegar a su estudio, trabajo, conocen los precios de lo que consumen, la ruta que los acerca a su lugar de destino... Todo es un proceso sistemático, el lío comienza en el probable 'desencarrilamiento' de su rutina: el reloj no sonó, por tanto voy a llegar tarde: problemas; los alimentos elevaron sus precios a sobremanera: problemas; he tomado otro bus y me he perdido en la enorme ciudad: problemas. Basta con modificar uno o varios aspectos, lanzarle un reto a un empleado de la ciudad y comienzan los refunfuños, creo que así somos muchos de nosotros, llevamos nuestra vida de manera cuadriculada estando propensos a esas dichosas enfermedades del entorno: estrés y asociados...
Quienes desean (o pueden) elevar sus pies, aquellos improvisadores del camino pueden enfrentar algunos asuntos de manera más... ¿Cómo llamarlo? Amigable! Hace falta perderse en la ciudad para sentir algo extraño, conocer lugares nuevos, caminar más despacio y observar más de cerca todo el panorama a pesar de creer conocerlo en su totalidad, quienes pueden mantenerse en ese imaginario de ideal pueden sacar provecho a una caminata, a una charla espontánea, a sonreírle a un extraño pueden ver sus días pasar y saber que viven como quisieron vivir, tal vez haciendo lo que disfrutan a pesar de no ser acogidos como aporte de procesos como la globalización, del creciente capitalismo... Yo sin embargo observo que también hay consecuencias al no acogerse a caminar por el suelo, se tiende a vivir en un mundo en el que sólo caben ellos en algunas ocasiones, rechazan el tener que enfrentar los problemas aunque estén ahorcando sus oportunidades de vivir y ese no es el modo de enfrentar la realidad. Básicamente es eso, vivir fuera de la realidad en la que mal o bien pero nos toca vivir. Quizá quien está arraigado que debe ser así sea yo, pero hay cuestiones del entorno que son difíciles de asumir estando en la nube correcta (o equivocada).

Este escrito está lleno de esa necesidad de vivir entre los dos mundos, de saber cuándo es hora de caminar de la mano de un niño o un abuelo y ver el mundo como hay que verlo: sin afanes. Sin embargo también compartimos experiencias que están en la superficie, vivimos en ella y por más metafísica que le apliquemos al asunto, debemos volver a la realidad en la que vivimos. Desde luego este artículo no trata de una verdad absoluta, hay que aclarar que como todo en este blog, es el libre albedrío de un integrante del planeta que gustaría de mantenerse buscando un equilibrio. Debido a que necesita las suficientes emociones que no encuentra en el mundo para sentirse bien y de igual modo quiere codearse con la sociedad, a pesar de lo paradójico que resulta lidiar con ella por su exorbitante indiferencia.

Hay cosas que te atan al suelo y otras que te hacen levitar, y definitivamente quiero hacer frente a todas ellas. Ahora expuesto mi punto de vista, ¿de qué lado quiere estar usted?

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