Una pequeña introducción

Bienvenido. Para información al respecto de por qué y para qué este espacio, sígame>>> Click aquí


Sigo aquí

[Nota aclaratoria, 7 de agosto de 2018]
Hola,
Luego de haber escrito esto hace algunos meses, con remitente ya extinto en mi rutina, como se supone que este es un blog para compartir parte de mi prosa maltrecha, he decidido compartirlo. Sucedió un domingo, luego de llegar a casa de una celebración muy amistosa. Vi en mi teléfono un mensaje angustioso para mí en ese entonces, por lo que dejé que la emoción del momento tomara control de mis ideas, y entonces nació esta entrada de blog. No me molesta en lo absoluto hacerlo público, ni tampoco me trae nada más que un recuerdo. Soy un tipo a quien le gusta evocar situaciones ya vividas, recordarlas y sentirlas tal cual como las viví, sin necesidad de mirar a otro lado, y sin la angustia de querer volver a dicho momento. Me gustan las memorias, disfruto de poner a rodar esa vieja cinta en mi cabeza, reproducirla y sonreír en diferido.

Agradezco el haber llegado acá, más aún la lectura de estos bonitos momentos que me gusta contarme a mí mismo.

Leonardo M.

No tuve mucho por decir...
Tan pronto llegué a casa, sólo pude pensar en escribir esto. Muy tarde para saber de ti, muy temprano para lamentarlo. Sumergido en la duda, en lo único que pude descargar esta bruma fue en las letras.
Donde no tenía respuestas, pero sí más preguntas. Donde no había la calma, apenas crudo regocijo. Fue en ese momento donde comprendí que esto ya no era una simple preocupación, no era un sencillo "¿cómo estará?" no era una frase de confusión, esto ya era algo más. No tuve mucho por decirme, ni siquiera sabía por qué este sentimiento que batió mis "mansas" aguas, que tenía un sabor aciago. ¡No, no! Es casi media noche, es increíble que con tanta rapidez sean causadas estas turbulencias. Sin embargo, a pesar de mi queja denunciada ante ti con este texto mal citado, comprendí muchas cosas. Comprendí que este proceder no era habitual, que esta sensación no era para mí algo de esperar. Muchas cosas se dicen de lo inesperado de sentir: que condena la felicidad, que cae sobre la rutina y se vuelve en sí ella. Esto no lo esperaba, de verdad. No tuve mucho por decir al verme sumergido en una sensación que fue para mí tan lejana en estos tiempos, no lo comprendí hasta que analicé su porqué. Se vuelve tan razonable encontrar algo que responda a ello, entonces me percaté de tu influencia en esto. Con esto me perdí en un rumbo que ni sabía que tenía, ese camino que te muestra sobre las personas... De ti, esta carretera que camino me contó lo importante que eres ahora, desde luego es algo nuevo, por ello mi sorpresa, por ello mi desconcierto, entonces supe que de ahora en adelante tú serías causa de varios de esos sentimientos que parecían empolvados en un cofre. Ahora es impotencia, de seguro por no poder hacer lo suficiente para cambiar lo que se vea nocivo, y sé que en otras ocasiones ha sido dicha, ha sido alegría, han sido todas esas cosas bonitas que causa lo que sabemos que es felicidad, pero no siempre será así y lo asumo. Sé de tu bruma en estos días de nubes, comprendo que afecte mi caudal, me explica de cierta unión invisible que de alguna manera hemos permitido tejer, y aún así me permitiré esta sensación, no por saber lo que sientes, sino porque de poco o mucho andar del reloj, me ha demostrado la gracia de vivir.

No sé cómo lograr armonía en ti, pero sigo aquí. No tuve mucho por decir ante tu malestar, pero sigo aquí. No sé cuánto tiempo me voy a mantener y no es eso lo que ahora me preocupa, me mueve más la razón de tratar de encontrar una señal para intervenir en tu calma, compartirla en plenitud. Lo que quiero hacerte saber es que tu intranquilidad me acongoja, me ha venido sorpresiva y más por cómo la he sentido de intensa, sin embargo también deseo que conozcas que sigo aquí. Que la razón de una paz temporal me mueve más hacia ti que la idea de alejarme por razones de supresión de emociones. No sé cómo estás, y dormiré con esa inquietud, pero has podido con muchas luchas internas, y con todo y tus arenas movedizas, se me hace que tienes una luz que ni tus propios pensamientos han podido apagar, porque me ha iluminado en estas pocas ocasiones de presencias fugaces y que conturban tu apaciguado vivir, he aprendido de ti que significas, resignificas y dignificas cierto modo de vivir, eres alguien que merece un poco más el sabor de tus propios triunfos, porque los tienes, coincides con almas que pueden ver el apogeo de la vida. No dejes de brillar, a pesar de los agujeros negros en tu espacio.
No sé qué lograré con esto, pero si fuera mi deseo expresarlo, te desearía un buen día, te daría un beso en la frente y te daría la fuerza para continuar en este escenario, son cosas tan sencillas pero que tal vez podrían demostrarte que hay fuerzas para vivir lo que se venga.
Sobre todo, ya agotando mi incertidumbre, aunque no tuve mucho por decir, te lo repito: sigo aquí.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Por favor, modere su vocabulario.